domingo, 26 de julio de 2015

SUJETO DOCENTE Y SU COMPROMISO SOCIOPOLÍTICO EN LA EDUCACIÓN VENEZOLANA ACTUAL.

En esta sociedad de cambios e innovaciones permanentes, es necesario que el educador asuma el rol protagónico que le corresponde, generando estas transformaciones en el contexto sociohistórico y cultural en el cual desarrolla su acción pedagógica, en función de lograr una educación integral de niños y jóvenes. Tanto las instituciones educativas como los docentes, adquieren un nivel de responsabilidad bastante grande frente a la sociedad, puesto que la formación de los ciudadanos debe ser un compromiso y un desafío de todos y por todos. Es por ello que las escuelas como parte del contexto social en crisis, tiene la ineludible tarea de formar hombres y mujeres que sean capaces de amar, de buscar la verdad, de actuar y pensar con rectitud, de trabajar por la paz, entre otros valores.

De acuerdo a Torres (2000), el desafío docente es mención de rigor en todo informe sobre la educación y reconocido una y otra vez como el flaco más débil de los sucesivos intentos de reforma.  También cabe agregar, que en estos tiempos se habla del sujeto docente como elemento transformador.  Martínez (2006) define al maestro sujeto político como: Aquel que es capaz de acciones políticas, con capacidad de agenciar y construir saberes y sujetos autónomos… con voluntad y arriesgo para intervenir en las decisiones sobre lo educativo y la política educativa en los ámbitos de su interacción inmediata: institución, contexto local, regional o nacional.

En referencia a la cita anterior, para lograr avanzar hacia el sujeto docente, se debe desarrollar un perfil profesional  basado en competencias, que como lo explica Torres (2000) implica desafíos y tareas tanto para el Estado y la sociedad, como para las organizaciones docentes y los docentes individualmente, debido a que deben ajustarse a las necesidades y posibilidades del contexto y de los avances tecnológicos. Igualmente Torres (2000) menciona que para que una reforma no sea un evento esporádico, se debe incorporar la participación, la consulta y la concertación social como ingredientes esenciales.

Por consiguiente, el Estado debe trabajar más en formar el docente político y no el politiquero, instaurar la libertad de pensamiento y no impulsar camisas de fuerza ideológicas, cuidar que desde el comienzo de la educación, se forme en valores y principios éticos y no que se promuevan estudiantes de grado en grado y de año en año sin tener las competencias cognitivas, procedimentales y actitudinales; con habilidad para adaptarse a las normativas institucionales y de la sociedad en general, convirtiéndose en un individuo sujeto de derechos y deberes.

De manera que es necesario que, el docente de la actualidad, tenga bien definido cual es el papel que debe asumir, para lograr una verdadera transformación educativa, donde consiga que las y los estudiantes adquieran una educación para la vida. Para tal efecto, un docente con buen perfil es innovador, creativo, orientador, solidario, cooperativo, pertinente, objetivo, creador, comprometido con el proyecto educativo de un país que se quiere construir; comprometido en generar la interacción entre las comunidades, es allí donde se da la interacción familia, escuela y comunidad, entes gubernamentales e instituciones educativas. Un Personal egresado con estudios técnicos o superiores en educación, que estén preparados pedagógicamente y formados en valores y ética educativa que su deber sea hacer, haciendo, crear, creando. 

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Torres, R.M. (2000). De agentes de la reforma a sujetos del cambio: la encrucijada docente en América Latina. Perspectivas, Vol. XXX, N° 2 (N° 114), Junio 2000, UNESCO, Ginebra.

Martínez, M (2006). La figura del maestro como sujeto político: el lugar de los colectivos y redes pedagógicas en su agenciamiento. Disponible: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=35603305.
[Consulta: 2015, julio 24]